viernes, 30 de diciembre de 2016

BAJO VIGILANCIA CONTINUA (CENTINELA)

No siempre la complejidad de una imagen perfecta es el mejor camino de expresión cuando lo que predominan son los símbolos como ya he mostrado en más de un caligrama. Este caligrama de recorrido es una muestra más de lo dicho cuando lo importante es el mensaje y la percepción clara de lo dicho: El humo de una chimenea junto a un edificio prismático de planta cuadrángular, sin duda sugerido por el edificio del la ya caduca y fuera de servicio térmica de Cubelles sirve de excusa para simbolizar la contaminada atmósfera de un sistema autonómico, nacional, europeo y global tendente a la tensión, al conflicto y al desenlace imprevisto de una guerra en un escenario histerizado por la globalidad del mundo y sus agentes políticos y de poder económico, cada vez más xenófobos y cada vez más tendentes al peligroso proteccionismo de lo propio que predica la sospecha de todo y de todos, de la síntesis de la chimenea (Torre de los fantasmas), se escudriña el indicio de lo que se cuece en el interior de la fábrica de tensiones y de bulo que refuerzan de histeria colectiva que activa las mentes paranoicas de los radicales y sus radicalismos, el monstruo del sistema en sí mismo, un lagarto caníbal que agita las masas y los ojos del poder que nos vigilan

Así se alimenta la furia incontrolable y tóxica que nos acecha (y que, en grandes mayúsculas, conforma el edificio del Sistema que actúa, silenciosos, agitando los medios de comunicación, tóxicos en si mismos, en su parcialidad y en su poder de generar pánico, odio y asfixia que cunden en el suelo, en la superficie inmensa de una sociedad en donde el odio se agiganta y crea los espejos de enemigos (2 a 2, inverso, en el poema), y con ellos el marco perfecto de los enemigos irreconciliables que han de sembrar la Muerte de las personas, del juicio y de la humanidad, Esa calavera desnuda compuesta de palabras que nos arrastra a la obnubilación y definitivamente al conflicto,

Tan importante como como la imagen y su juego, su recorrido de símbolo es lo que dice el poema, mi poema:
Un ojo, dos...
Un monstruo teje en la oscuridad
la curia caníbal, agita las masas.
Yo lo veo tras de mi cristal.
Alimenta la furia. Son peligrosos.

TORRE DE LOS FANTASMAS
NOS ACECHA.
La noche silenciosa es Muerte misma.
Tú, tú y tú, mientras siembras,
te agigantas de odio,
porque eres LA INJUSTICIA.

Mírame celeste
2 a 2 (invertido).
Tu espejo de Muerte
siembra una nueva peste,
que es el número de tu Suerte.

Yo conozco tu rostro maldito. (la calavera).

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ.


La Curia caníbal es la conformada por la élite de fortunas que domina el Sistema y domina el poder económico, político...  Las palabras en mayúsculas son gritos de alerta o de denuncia, la información sesgada y manipulada provoca la noche silenciosa del raciocinio. Tú, tú y tú, el poder económico (bancos, grandes empresarios y consorcios), los líderes políticos, cada vez más histéricos y locos y encima muchos elegidos democráticamente, y los medios de comunicación manipulados por unos y otros, los que dominan el Sistema son los que siembran la peste, la enfermedad contagiosa de la xenofobia, el racismo y el proteccionismo y defensa de lo patrio. El caldo de cultivo perfecto para la histeria grandilocuente y la intolerancia que lleva a la guerra, el Espejo de la Muerte con el número de su Suerte: la destrucción de todo y de todos sin piedad ni raciocinio.

Es una señal de alerta premonitiva de lo que nos espera y a dónde nos encaminamos cuando colocamos a según quién, carentes de mesura, de proporción, de tolerancia y de escrúpulos, al frente de las naciones, de las empresas y de los designios mismos de la Humanidad.

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

domingo, 18 de diciembre de 2016

MI CASTILLO

El caligrama forma parte del poemario Señales de humo y es la portada de Diario de a bordo y representa el refugio interior donde huyo para hacerme libre de la asfixia del hastío que me provoca mundo rutinario en que vivimos... Aunque mordido por el tiempo presenta sus primeras ruinas, aún me protege dem Mundo y de mí mismo.

El poema que lo compone, mi poema reza así:

Yo construí un castillo por no verme,
lejos de un Mundo arisco y mezquino,
y ebrio de mí mismo destilo el vino
preciso para de mí distraerme.

El Mundo no nació para quererme
y nunca quiso a nadie y adivino
que es aquí el primer y el último destino,
que nací para hacerme y deshacerme.

Y me refugio y mi castillo umbrío
para hacer vivir esas fantasías
que me mantienen vivo en este Mundo.

Aquí puedo vencer el desafío
y sobrevivir a mis tristes días
y así puedo nadar en lo profundo

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ